Es esencial en limpiezas de cutis y otros tratamientos anti-acné: baja la inflamación y las rojeces al mismo tiempo que hace la vida imposible a la bacteria responsable del acné. Dos pájaros de un tiro.
Las pieles irritadas, congestionadas y reactivas la adoran. Pensad en la piel tras una depilación: ese es el tipo de rojeces a las que me refiero aquí.
Y la propiedad estimulante ayuda a esas pieles faltas de tono, a las que les conviene la cosmética revitalizante y anti-estrés. Cuando tratas la piel apagada con Alta Frecuencia le devuelven algo de vida, las tonifican. El efecto reafirmante también va por ahí.
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